martes, 4 de agosto de 2015

Re-vuelta al blog

Hace mucho (pero de verdad que mucho) tiempo que no me dejaba caer por estos lares cibernéticos. Nada màs y nada menos que cuatro años. Como en todo, hay quien dirá que eso no es nada, que parece que estoy hablando como si me remontara al Paleolìtico Superior, pero para mì este lapso de tiempo representa muchas cosas, ha sido una absoluta evoluciòn. Cosas que antes eran y ya no son, cosas que ahora son y antes no eran, idas y venidas, partidas y llegadas, finales y vueltas a empezar, puertas que se cierran y ventanas que se abren, cambios y màs cambios...

Durante estos años he tenido tiempo de reír y llorar, disfrutar y sufrir, amar y aborrecer, adelgazar, engordar y volver a adelgazar de nuevo, cambiar de pareja y volver a estar soltera, terminar un Màster, o cambiar de trabajo y ciudad de residencia en cuatro ocasiones. Incluso he aprendido otro idioma y he vivido en otro paìs. Por cambiar, he cambiado hasta de década; ahora estoy inmersa en la treintena. Me he independizado, tengo un trabajo estable (al menos para los tiempos que corren) y hay muchas màs obligaciones y menos momentos para el asueto. Gasto màs dinero en viajes y en decorar el lugar donde vivo que en ropa, porque lo que màs me gusta es desconectar y estar en casa, por ese orden. Apenas fumo y tomo muchos menos cubatas de madrugada en discotecas, ahora prefiero unos pinchos regados con cañas a la hora de cenar, o un buen café a media tarde en buena compañía... Lo nunca visto, vamos.

Mi cuerpo ha cambiado; mi pelo con algunas canas màs que evidentes està mucho màs largo y las resacas ya no se pasan en un dìa. Las arrugas y patas gallo comienzan a hacer acto de presencia, y tengo que controlar la línea, o paso de fofisana a bola de sebo en menos que canta un gallo. El cuerpo percibe que las ensaladas son mejores que las hamburguesas y hacer ejercicio de manera regular es mi objetivo número uno, para tratar de evitar que algunas partes de mi cuerpo caigan consecuencia de la gravedad como la manzana de Newton. El sofà ya no es para mì un lugar de aburrimiento, sino un santuario de descanso, y levantarse de él, cuesta esfuerzos sobrehumanos a dìas.

La gente que me rodea también ha cambiado... No solo en cantidad (menos) y en calidad (mejores), sus vidas tambièn lo han hecho. El objetivo de casi todos ahora es tener la vida perfecta: trabajo estable, casa, pareja e hijos; no mucho tiempo atràs era poder independizarse, salir de fiesta y procurar aburrirse lo menos posible. Hace cuatro años mi Facebook estaba lleno de gente saliendo de fiesta; hoy està lleno de bodas y mujeres embarazadas. En tan solo unos meses varias amigas y conocidas han pasado de presumir de tipazo, a exhibir orgullosas su tripazo. 

La verdad es que todo es diferente... Supongo que porque yo, sin darme cuenta, tambièn he cambiado con el tiempo. Y es asì, porque si de algo he tenido tiempo en estos cuatro años es de aprender. La vida se ha encargado de someterme a diferentes pruebas para enseñarme varias lecciones, dolorosas, pero muy valiosas. He aprendido que la vida no es justa ni fàcil, y no siempre alcanza las cosas quien màs se las merece; de hecho, he ido viendo como muchas veces los "malos" ganan y tienen un final feliz. He comprendido que las amistades no se pronuncian, se demuestran, y ni mucho menos son a prueba de bombas. He asumido que las cosas no dependen única y exclusivamente de mí, por eso no hay una respuesta o un por qué para todo. He entendido que poco o nada puedo hacer respecto a la parte que no me corresponde y es inútil enfadarse o rebelarse contra ello. Por eso, ahora por fin sé que soy independiente y no necesito a nadie para lograr muchos de los objetivos que quiero alcanzar para sentirme realizada en esta vida.

No es casualidad que haya recalado en el blog un 3 de agosto, no lo es en absoluto. Hace justo un año, tras unos meses nefastos en el àmbito personal, estaba emprendiendo el que se suponía, iba a ser el viaje de mi vida con una de las personas màs importantes hasta aquel momento. Todo parecìa idílico y perfecto... Hasta que no lo fue. Fiasco, decepciòn y otro golpe a la saca. La culpa, aùn a dìa de hoy no sé muy bien de quién fue y ya da igual, aunque tengo claro que ninguno somos inocentes. Ese viaje, para mì marcó el final de una etapa, una era cuya puerta se ha ido cerrando muy lenta y costosamente hasta ahora. De hecho, estoy a punto de echarle la llave (y tirarla por la alcantarilla màs cercana) al final de este verano. Después, no sé qué me depararàn los nuevos tiempos... Solo sé que hay algunos planes (viaje a Sicilia a la vista), un nuevo horizonte profesional y muchas cosas aún por hacer y nuevos objetivos por cumplir. No tiene pinta de que vaya a ser fàcil, pero voy con ganas, y espero que me acompañéis en el camino desde este nuevo, pero ya viejo conocido lugar, hoy rebautizado ;)

Un abrazo.



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