Mucho se está comentando estos días acerca de la visita del Papa Ratzinger a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Ríos de tinta se están escribiendo y millones de caracteres se están tecleando sobre el amplio despliegue de medios de la Iglesia Católica, el despilfarro de dinero en tiempos de crisis, el favoritismo a los peregrinos y los auténticos valores cristianos.
A través de esta "voz" virtual, he de decir que sí, me molesta la visita del Papa y toda la escenografía que la rodea. Y soy agnóstica, no atea, pero me molesta por muchos y variados los motivos. El primero de ellos es que no me gusta la figura de Ratzinger, no me gusta nada. Un "comprensivo" que no ha tenido tapujos en clasificar a los homosexuales como inmorales y excluirlos sin miramientos del plan de Dios. Un "humano" que critica el aborto y la eutanasia, pero no la pena de muerte y la guerra. Un "misericordioso" que hace apología del no uso del preservativo en África (continente en su mayoría no cristiano, y que por tanto no debe acatar según qué doctrinas de las que el catolicismo proclama), cuando allí hay millones de personas que fallecen cada año a causa del sida. Eso, mientras algunos prelados de su Iglesia se han dedicado durante años a la represión y la pederastia entre otras lindezas. Pero como ahora, según palabras de Rouco Varela, "se va a tener más cuidado", cuentan con su perdón. Sin embargo mis opiniones no lo merecen, por el simple hecho de ir en contra de su doctrina; y considero mucho más imperdonable a la pederastia que la eutanasia, sinceramente. Esta postura no me parece partícipe de la comprensión ni la justicia, dos valores que pregona la Iglesia a los cuatro vientos.
Tampoco me gusta que haya tanto católico alegre y gozoso a mi alrededor, y no es por ellos. Lo que verdaderamente aborrezco no es a los peregrinos en sí mismos, sino las prebendas económicas y sociales que se les han otorgado en detrimento de los demás ciudadanos, como el ya consabido caso del abono transporte. Me repatea que se les permita hacer botellones en las aceras (lo he visto con mis propios ojos) y celebrar conciertos ruidosos a altas horas de la noche cuando está prohibido por ley, mientras que yo, persona normal de a pie, no puedo hacer lo mismo. Y la ley es aplicable a todos sin excepción... ¿O acaso ellos son mejores que yo por considerarse cristianos y acogerse al seno de la Iglesia? Me fastidia no poder decir en voz alta que soy agnóstica o atea en su presencia por si ataco sus creencias, pero a ellos no les preocupa lo más mínimo ofenderme a mi entonando sus cánticos de "Alabaré" a un dios en el que yo no creo. Seguramente, si yo gozara de todos esos privilegios, también estaría contenta y feliz dando saltos por la calle.
Detesto el doble rasero con el que se han medido los asuntos referentes a la Iglesia Católica durante muchos siglos... Se comenzó con la justificación de las Cruzadas en el Siglo XI y se continúa a día de hoy con las manifestaciones Pro-Estado Laico del #17A, y #18A, disueltas a golpes. No comprendo por qué ellos pueden rezar y mostrar su alegría en la calle, y yo no puedo expresar mi gozo particular del mismo modo. ¿Es esa la tolerancia de la que hablan? A ellos sí se les consiente llamar asesinos a los manifestantes partidarios del aborto a su paso, pero a un ateo no se le puede siquiera pasar por la cabeza llamarles fanáticos a ellos, no sea que les ofenda. Y todo porque unos tienen creencias y otros no. ¿Es acaso el dogma de fe un motivo para que cualquier acto quede impune? Parece que si se pone la palabra Dios por medio, todo está permitido. Ese vocablo sigue siendo en elsiglo XXI una justificación a cualquier declaración, idea o actitud poco respetuosa, insultante u homófoba. ¿Por qué?
También me parece deplorable y vergonzoso que la "Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana" siendo consciente de la situación real que hay en la sociedad actual y que predica la solidaridad, organice este lujoso evento y despilfarre el dinero con tanto descaro ante los ojos del mundo. ¿Eso no es malgastar fondos? ¿Esto no es ostentación del poder? Todo este despliegue de medios sólo pone aún más de relieve las diferencias existentes entre unas áreas y otras del planeta. Pensaba que el cristianismo fomentaba la igualdad entre los semejantes y la ayuda prójimo. ¿Esto es para ellos la igualdad? Creo que si los jóvenes que han acudido a la JMJ fueran auténticos cristianos, de sentimiento, hubieran hecho un acto de sacrificio, y en lugar de ir ver a su Papa hubieran donado el dinero a una causa urgente y justa, que hay muchas. Pero no... Es más divertido asistir a los actos de Madrid, pasarlo bien y después estar cerca de su Pontífice, hacer acto de contricción y confesarse.
Parece ser por tanto, que para la Iglesia Católica y sus fieles prima el festejo, la celebración y el alimentar la fe por encima de todo, incluso de los estómagos hambrientos. Según entendí en las enseñanzas recibidas (en un centro católico) en mi etapa escolar, estos no son los auténticos valores del cristianismo, ni ellos son verdaderos cristianos. Las ideas que predicó Cristo son otras sensiblemente diferentes de las que aquí se promueven. Y dudo mucho que los cristianos de base, los cristianos verdaderos que realmente siguen y respetan esos ideales, y que merecen todo mi respeto y admiración, estén de acuerdo con toda esta parafernalia que estamos viendo en Madrid esta semana. Seguro que están de acuerdo conmigo en que primero las personas y después las ideas.
1 comentario:
Pues no me duelen prendas decir que soy cristiano, a mi modo claro, es decir que creo en aquél rebelde que se enfrentó solo a Roma y en la Santina, y por supuesto totalmente contrario al Vaticano y como bien dices a toda su parafernalia y engaño que desde la Edad Media vienen dando al mundo. Un país, este, en donde se discrimina por completo a la mujer, en donde argumentan su existencia para que la Iglesia actue libre de presiones, pero vamos eso ya lo hacen los misioneros que se juegan la vida y no necesitan de Vaticanos ni quedadas de sonrisas como la de Madrid, argumentandola para fortalecer la fe...y lo que creo es que está creando aun mas alejamiento de la gente por mas que den imágenes de miles de peregrinos en los medios. Porque no se entiende que esos donantes que se autodenominan católicos den esos millones de € (es lo que cuentan frente a los que decían que lo financiaba el Estado) a esta fiesta en lugar de donarlo para combatir el hambre y la pobreza.
Comparto toda tu opinión y respeto por supuesto tu creer o no creer, porque lo importante es que en pleno s.XXI, bueno importante y triste, la gente muera de hambre.
Un abrazo!
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